Como cada año al llegar estas fechas, caminar por nuestras ciudades nos recuerda que ya llega la Navidad. Llega la época del año en que más regalos se intercambian.
La publicidad nos invita a celebrar, consumir, regalar y nosotros a veces lo hacemos de una manera compulsiva, sin tener en cuenta el verdadero significado de la Navidad.
Comprar para regalar. No está de más recordar que nadie nos obliga a comprar, y nadie nos obliga a hacer regalos. Debemos tener la suficiente personalidad para no dejarnos llevar por la tendencia a consumir por consumir poniendo en peligro nuestra economía solo por el hecho de quedar bien socialmente.
El lado positivo de este consumo desmesurado, la mayoría de las veces, es que se hace para regalar, no para uso propio, para compartir mesa con familia y amigos.
Según el diccionario de la Lengua Española: http://www.rae.es/ la palabra regalo tiene entre otras estas acepciones:
Regalo: de (regalar)
1. Dádiva que se hace voluntariamente o por costumbre.
2. Gusto o complacencia que se recibe.
Regalar:
1. Dar a alguien, sin recibir nada a cambio, algo en muestra de afecto o consideración o por otro motivo.
2. Halagar, acariciar o hacer expresiones de afecto y benevolencia.
Cada uno de nosotros tiene motivaciones distintas a la hora de hacer un regalo. Los regalos adquieren valor cuando se entregan con cariño.
Para que nuestros regalos tengan su verdadero significado y perduren en el tiempo, permaneciendo en el recuerdo de las personas a la que van destinados es necesario que nuestros regalos reflejen nuestra personalidad y lleven un mensaje implícito.
REGALAR Y ACERTAR ES TODO UN ARTE
Para conseguirlo estas son mis ideas:
1. Elegir con cariño pensando en sorprender a la persona a la que va destinado. Cuando eliges un regalo de corazón, no necesitas que sea caro, necesitas que sea algo que simbolice todo lo que sientes por la persona a la que regalas.
2. Regalar como complemento algo no comprado, algo hecho con tus manos o corazón (carta, palabras pensadas…,etc.) ayuda a vencer el consumismo y te permite manifestar tus pensamientos, lo que le deseas al que recibe tú regalo.
3. No pretender conseguir algo con el regalo. Regalar sin esperar nada a cambio. Regalar sin pretender quedar bien ante los demás. Regalar de corazón.
4. Envolver el regalo con cariño, con amor dedicando un poco de tiempo.
5. Preparar un ambiente adecuado para entregarlo con gusto, pensando que dentro va algo de nosotros mismos.
Si por el contrario, somos nosotros los que recibimos el regalo, hay que intentar ser agradecido y pensar que nos han dedicado su tiempo, que han pensado en nosotros. El amor que han puesto al hacernos el regalo no tiene precio.
Un buen regalo origina un buen recuerdo. El objeto regalado puede tener caducidad, pero los buenos recuerdos y los sentimientos perduran en el tiempo.
Fuente:
2. Halagar, acariciar o hacer expresiones de afecto y benevolencia.
Cada uno de nosotros tiene motivaciones distintas a la hora de hacer un regalo. Los regalos adquieren valor cuando se entregan con cariño.
Para que nuestros regalos tengan su verdadero significado y perduren en el tiempo, permaneciendo en el recuerdo de las personas a la que van destinados es necesario que nuestros regalos reflejen nuestra personalidad y lleven un mensaje implícito.
REGALAR Y ACERTAR ES TODO UN ARTE
Para conseguirlo estas son mis ideas:
1. Elegir con cariño pensando en sorprender a la persona a la que va destinado. Cuando eliges un regalo de corazón, no necesitas que sea caro, necesitas que sea algo que simbolice todo lo que sientes por la persona a la que regalas.
2. Regalar como complemento algo no comprado, algo hecho con tus manos o corazón (carta, palabras pensadas…,etc.) ayuda a vencer el consumismo y te permite manifestar tus pensamientos, lo que le deseas al que recibe tú regalo.
3. No pretender conseguir algo con el regalo. Regalar sin esperar nada a cambio. Regalar sin pretender quedar bien ante los demás. Regalar de corazón.
4. Envolver el regalo con cariño, con amor dedicando un poco de tiempo.
5. Preparar un ambiente adecuado para entregarlo con gusto, pensando que dentro va algo de nosotros mismos.
Si por el contrario, somos nosotros los que recibimos el regalo, hay que intentar ser agradecido y pensar que nos han dedicado su tiempo, que han pensado en nosotros. El amor que han puesto al hacernos el regalo no tiene precio.
Un buen regalo origina un buen recuerdo. El objeto regalado puede tener caducidad, pero los buenos recuerdos y los sentimientos perduran en el tiempo.
Fuente:
